“y en ese instante el
vacío ocasiona
que uno tenga una vaga
premonición”
William Somerset Maugham
El Caribe es calmo: el apacible beso que despierta tras un
mal sueño. Si ves el horizonte es planicie de cobaltos transparentes: los
peces, al descubierto, son festín de gaviotas: invitación a la velocidad. El
Caribe contigo es viento constante, marejada sorpresiva, rompiente. Es
contemplación, estética; sin embargo, en ti este mar es una tierna tempestad
azul; un abrir y cerrar de ojos, un halago para el oleaje del instante. El
Caribe y tú son la estabilidad que se mueve: naturaleza admirable y un espejo
para el que mira de verdad. Entonces, si uno observa dentro de ti, encontrará un
arrecife fantástico: de tu corazón caleidoscopio emergerá un espectáculo de
colores: el viento será tu risa tormenta, las ideas estarán secretas dentro de
un caracol y la marea caribeña, dulce siempre, llevará por siempre tu nombre en
azul.